«De la ausencia» no es un libro de fotografías: es mi diario de a bordo; a bordo de mis emociones, en forma de libro y escrito en el lenguaje visual. Este es un trabajo intimista que nace de la necesidad de mostrar frente a mí —como si de un espejo se tratara— los sentimientos y las emociones que brotan tras la pérdida. Necesitaba expresar con imágenes lo que iba sintiendo a medida que el tiempo avanzaba.
La senda que atraviesa el desierto del dolor, del vacío y de la ausencia me sorprendió en medio de la existencia y con lo puesto, sin brújula ni mapas que mostraran el camino, así que me agarré a las enseñanzas de la naturaleza: el musgo siempre abunda en la cara norte.
El diario de a bordo de este viaje es una travesía que asciende hasta una altitud considerable, similar a la de Tenerife, mi isla natal: 3718 metros sobre el nivel del mar. Paso a paso se va haciendo el camino de ascenso, al igual que paso a paso se transitan los derroteros de las emociones que conlleva la pérdida.
En el contenido del diario describo, a modo de metáfora, cada trecho de las emociones por las que he transitado y las comparo con los distintos pisos de vegetación que en el año 1799 Humboldt descubrió tras pasar por la isla de Tenerife. Desde los cero metros del nivel del mar hasta los 3718 del volcán Teide, determinó que existen cinco pisos de vegetación, cada uno en su cota de altitud y con un paisaje y una vegetación representativos de su entorno. De igual forma, he hecho coincidir cada altura con un estado de ánimo; un camino ascendente, como la isla, como la vida, en el que se pasa por un proceso de superación hasta llegar a la cumbre.